1º de Julio - A 33 años de la muerte de Perón
Para mí la vida empieza el día en que mi camino se encontró con el camino del general Perón, día que yo siempre he llamado con orgullo "mi día maravilloso". Es por eso que desde el día en que conocí al general Perón, yo le dediqué mis ensueños de argentina y abracé la causa del pueblo y de la Patria, dando gracias a Dios de que me hubiese iluminado para que, joven aún, pudiera brindar mi vida al servicio de una causa tan noble como es ésta de Perón.
Todos ellos –los grandes hombres del pasado- lucharon por un imperio, por encontrarse a sí mismos... pero el general Perón lucha por algo más grandes: lucha por encontrar la felicidad del pueblo argentino.
Es urgente que insistamos, dentro de nuestro movimiento, en la necesidad que tenemos de hacer conocer y amar al pueblo –y ustedes verán más adelante por qué es urgente, y más en nuestro movimiento- si es que no queremos perder y malograr esta maravillosa doctrina que nos ha dado el General Perón. Tal vez sea más necesario esto para hacerlo conocer y querer más profundamente a Perón. El General tiene una grandeza espiritual tan extraordinaria, que está siempre muy presente en nuestros sentimientos y en nuestro corazón; pero mucho me temo que no suceda lo mismo con el pueblo, y a veces pienso que no todos los peronistas me entienden y me creen cuando yo digo que Perón es el pueblo. No se han dado cuenta todavía de lo que eso significa; no han advertido que eso significa que para quererlo a Perón hay que quererlo al pueblo; que no se puede ser peronista sin conocer, sin sentir y sin querer al pueblo –pero quererlo profundamente- y, sobre todo, servir la causa del pueblo. Un peronista que no conozca, que no sienta y que no sirva al pueblo, para mí no es peronista.
Eva Perón, "Historia del Perinismo", primera y cuarta clase